"D"

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-"D"-


    En un viejo pueblo de La Mancha, "de cuyo nombre no quiero acordarme"… la joven Claudia terminaba su acostumbrado paseo nocturno por las desgastadas calles de antigua piedra. Giró una esquina. Encontró un sobre en el suelo. Sacó despacio la nota que contenía en su interior. Una nota manuscrita. Decía: 

"A medianoche te espero donde las almas descansan. Firmado D."

    Se preguntó si esa nota era pura casualidad o si era intencionada. Dirigida a ella. Llevaba una semana en aquel pueblo y siempre hacía ese paseo a esas horas de la noche…

    Alguien pudo haber observado sus rutinarias costumbres veraniegas.
Su corazón latía con fuerza, alimentando con su fuerte pulso las opciones que se agolpaban en su cabeza. Debía decidir con cuál quedarse.
—Donde las almas descansan... ¿El cementerio?

    Miró a lo alto del campanario de la iglesia que estaba cerca de donde encontró la nota. Las campanas anunciaron las once de la noche. Quedaba apenas una hora para la misteriosa cita.
Estaba decidida a presentarse allí.

    Anduvo por la calle principal del pueblo. Esa misma carretera, que serpenteaba por las casas bajas que se sucedían agolpadas, desembocaba en la vieja entrada al cementerio.

    Llegó hasta la destartalada puerta enrejada que daba acceso a un estrecho camino de tierra. En el perfil de lo que alcanzaba a ver con su mirada, se dibujaban las cruces de las lápidas, cortando el horizonte nocturno, iluminado por la media luna y sus acompañantes, las escasas estrellas que dejaba ver el cielo nublado. Pareciera que lo hubiera dibujado algún alma con intención de usarlo en algún escenario idílico para una historia de terror suave.

    Claudia no sabía si asustarse o regocijarse con la percepción observada. Decidió elegir lo segundo. Con paso firme fue adentrándose hasta llegar al centro del cementerio. Una especie de plaza con una fuente, muerta también, sin agua, acorde con su lugar, custodiada por la estatua de un ángel que parecía enfadado con el mundo al sentir la pérdida de tantas vidas interrumpidas.

    A los pies de la fuente descansaba otro sobre que Claudia supo reconocer, pues tenía las mismas características en forma y tamaño que el anterior encontrado. Del sobre, otra nota que rezaba:

"Lorenzo Germán Díaz Hidalgo. 8 de octubre de 1938, R.I.P."
Firmado «D»




Continuará...

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