El Señor de las Pesadillas







-El Señor de las Pesadillas-
Microrrelatos. Volumen II


Nunca supo cuál fue el origen de su particular poder. Durante su infancia, había experimentado extraños sueños que parecían más reales que la vida misma, pero nunca imaginó que esos sueños fueran una manifestación de un poder oculto. Tardó un tiempo en averiguar cómo funcionaba, y al principio creía que era una casualidad. Sin embargo, a medida que pasaban los años, comenzó a notar un patrón inquietante.

Aquellos que lo rodeaban se suicidaban o, en el mejor de los casos, acababan perdiendo el juicio, terminando sus días en un psiquiátrico. Las noticias de estos eventos le producían una mezcla de terror y fascinación. La idea de que pudiera estar relacionado con esas tragedias lo atormentaba, pero aún no comprendía completamente su papel en ellas.

Un día, mientras meditaba sobre sus extrañas experiencias, tomó conciencia de que era capaz de controlar y manipular los sueños. Al principio, el descubrimiento lo llenó de miedo y repulsión. No quería ser responsable del sufrimiento de los demás, pero cuanto más trataba de resistirse a su poder, más fuerte se volvía. Poco a poco, comenzó a experimentar con sus habilidades, intentando comprender sus límites y su alcance.

Era capaz de entrar en las mentes de las personas mientras dormían, dirigir sus pensamientos y emociones, y moldear sus sueños a su antojo. La sensación de poder era embriagadora, pero también aterradora. La responsabilidad de decidir el destino de las personas a través de sus sueños pesaba sobre él como una losa.

Decidió usar su poder para crear las más terribles pesadillas en sus víctimas. No lo hacía por crueldad, sino por una necesidad inexplicable de probar los límites de su habilidad. Las pesadillas que provocaba eran tan vívidas y espeluznantes que dejaban a sus víctimas marcadas de por vida. Sentían que sus mentes estaban siendo devoradas por la oscuridad y, al despertar, no podían escapar de los horrores que habían vivido en sus sueños.

A medida que pasaba el tiempo, sus habilidades se perfeccionaron. Podía controlar todos los aspectos de los sueños, desde los escenarios hasta los personajes, y cada pesadilla se volvía más elaborada y terrorífica. Las personas comenzaron a temerle, aunque no comprendían el origen de sus miedos. Desde su perspectiva, esos miedos o temores eran más superstición, intuición o creencia, que hechos probados. Se convirtió en una figura que producía desdén, incapaces de formar vínculos emocionales por miedo a que les causaran más daño.

No le importó en absoluto que le otorgaran la maldición del rechazo, de la soledad no deseada. Eso alimentó aún más su odio hacia sus semejantes. Reforzó su idea de ser implacable con ellos. En los momentos de vigilia, trazaba y planificaba sus intenciones de sueño, de pesadillas. Al caer la noche, invadía las mentes de las desgraciadas víctimas que nada podían hacer, salvo permanecer despiertos. ¿Pero, durante cuanto tiempo? Impregnaba sus pensamientos involuntarios con las más terribles imágenes, acciones y consecuencias.

Cuando la locura empapó toda la ciudad, no sentía ningún remordimiento en absoluto. No sentía saciada su sed de violencia. Necesitaba más. 

Hizo su maleta y tomo el tren de la tarde, con otro destino, hacia otra ciudad. Quizás la tuya...


Comentarios

  1. Hola James me ha gustado mucho este relato de terror, es de mis géneros favoritos. Conforme se lee la historia te metes en ella, la imagen va muy bien con el relato, transmite ese control que el personaje tiene.
    ¡Un abrazo!

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  2. La idea de un poder que invade algo tan íntimo como los sueños es poderosa y perturbadora, y el texto lo muestra bien al describir pesadillas vívidas que destrozan mentes. Frases como "sus mentes estaban siendo devoradas por la oscuridad" o "impregnaba sus pensamientos involuntarios con las más terribles imágenes" crean imágenes fuertes que refuerzan el tono sombrío. Sin embargo, me he quedado pendiente de saber más detalles sobre el protagonista —su infancia, sus motivaciones más profundas.
    El final, con ese giro hacia el lector ("Quizás la tuya..."), es un cierre que deja un escalofrío y abre la puerta a la imaginación. En general, me parece una historia sólida que captura la esencia de un poder corruptor y la soledad que lo acompaña.
    Saludos cordiales.

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