La última nota.








 -La última nota-
Microrrelatos. Volumen II


Otra nota más en su taquilla. Desde el lunes pasado, Miguel había estado recibiendo notas anónimas que le helaban la sangre. Los mensajes eran claros y amenazantes, anunciando que iba a morir ese mismo viernes en el gimnasio del instituto. Cada vez que encontraba una nueva nota, su corazón latía más rápido y sus pensamientos se llenaban de inquietud. 

Se lo contó a su mejor amigo, Juan, único en quien podía confiar plenamente. Su amigo escuchó atentamente, con una expresión de preocupación en el rostro. Le dijo que lo acompañaría, que lo ayudaría a descubrir quién estaba detrás de esas notas y, sobre todo, que no le dejaría solo en ese momento tan angustiante. 

—No te preocupes lo más mínimo, Miguel, no voy a separarme de ti hasta que se cumpla el terrible plazo que indican en esas notas que recibes. Creo que solo trata de asustarte. No me separaré de ti. Si ve que somos dos, no se atreverá a nada. 
—Gracias, Juan. 

Los días pasaron lentamente, con la sombra de la amenaza cerniéndose sobre él. Cada vez que veía a alguien en el pasillo, se preguntaba si esa persona podría ser el autor de las notas. Intentaba concentrarse en las clases, pero su mente estaba en otro lugar, pensando en el viernes y en lo que podría suceder. 

Llegó el viernes y, después de las clases, se dirigieron juntos al gimnasio. El lugar estaba desierto, con las luces apagadas y un silencio inquietante. Los dos amigos se miraron, intentando encontrar consuelo en la presencia del otro. La tensión en el aire era palpable. 
—No te preocupes, estoy aquí contigo —dijo Juan a Miguel tratando de tranquilizarlo—. Vamos a descubrir quién está detrás de esto. 

Recorrieron el gimnasio, buscando cualquier indicio que pudiera llevarlos al autor de las notas. La ansiedad crecía con cada paso, hasta que finalmente se detuvieron en el centro de la cancha de baloncesto. Allí, en la penumbra, se enfrentaron a la realidad de la amenaza.

Fue entonces cuando Miguel lo mató. A su mejor amigo. Aquel que le prestó su incondicional ayuda y lo había acompañado con valentía hasta las últimas consecuencias. Lo que no sabía es que la última consecuencia la pagaría con su vida. Había caído en la trampa de Miguel. Sabía que dejándose a sí mismo aquellas notas en su propia taquilla haría que la historia pareciera una amenaza creíble. Conociendo a Juan, se prestaría a ayudarlo, luchando, si era necesario, hasta el final. La traición fue rápida y mortal, dejando una estela de confusión y dolor en sus ojos mientras que su vida se apagaba. En sus últimos momentos, intentó comprender el motivo de su amigo, pero la oscuridad se cerró sobre él antes de que pudiera obtener respuestas. 

El gimnasio quedó en silencio una vez más, con solo la sombra de la traición flotando en el aire. Las notas anónimas habían cumplido su siniestro propósito. Abandonó el gimnasio, cerrando las puertas. Llegó a su taquilla y guardó las notas de nuevo allí, para ser encontradas el lunes siguiente. Se haría el sorprendido y el preocupado. Ya pensaría, a lo largo del fin de semana, a qué nueva víctima pediría ayuda. Ahora, lo que necesitaba, era deshacerse del cadáver del gimnasio lo antes posible.

Comentarios

  1. Srlobo, me la has jugado bién!!
    Iba preparada para un giro inesperado, pero creía que el traidor iba a ser juán.
    La semana de terror me tenían convencida de que el asesino acechaba en las sombras, no que estaba ya en la taquilla desde el principio.
    Ahora solo me queda la duda de saber si es un simple loco...escribe las notas en un arrebato de doble personalidad ...o hay una fuerza siniestra que lo empuja a seguir escribiéndolas.
    Terror del bueno, de ese que deja preguntas rodando en la cabeza.
    Excelente relato. Saludos!!

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    1. Jajaja, gracias Finil, me alegra saber que te ha gustado y te ha sorprendido el giro. Esa era la intención, que en un principio pareciera su amigo, pero el asesino es él. En cuanto a qué le lleva a hacer lo que hace, escribí el personaje con la idea de que era un psicópata que inicia su obra de matar en serie. Es posible que estos microcuentos que estoy publicando en un volumen, sirvan como base a futuros proyectos. Quien sabe, jeje. Gracias por tus lecturas y comentarios. Un saludo!! nos leemos.

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  2. ¡James, este relato es un golpe seco al estómago!

    Cuando empiezas a leer, parece una historia clásica de acoso escolar con una amenaza mortal, pero lo que haces aquí es dar la vuelta completa a la expectativa. Nos haces creer que Miguel es la víctima, lo llevas al punto máximo de tensión… y entonces sueltas el mazazo final. Brutal.

    El giro está muy bien ejecutado porque rompe por completo la percepción que teníamos del protagonista, pero hay un pequeño detalle que podrías ajustar para que la revelación sea aún más redonda. En el primer párrafo, el lector accede a los pensamientos de Miguel en tercera persona omnisciente, y ahí se nos dice que siente miedo. Eso hace que cuando llegamos al final, haya una pequeña disonancia, porque si todo estaba planeado, ¿realmente estaba asustado?

    Para reforzar el engaño sin dejar cabos sueltos, quizás sería mejor que Miguel no mostrara emociones en tercera persona omnisciente, o bien, que estas se expresaran de manera más ambigua. Algo como:

    "Desde el lunes, las notas se acumulaban en su taquilla. Las leía con atención, sintiendo el peso de cada palabra. Se preguntaba quién podría ser… o más bien, quién podría creerlas. Cada vez que encontraba una nueva nota, su corazón latía con fuerza. El viernes se acercaba."

    De esta manera, el texto no revela su miedo de manera explícita, pero sigue generando la misma tensión en la primera lectura. Así, cuando el lector llega al final, en una segunda lectura se da cuenta de que las pistas estaban ahí todo el tiempo.

    La ambientación del gimnasio vacío, la tensión acumulada con cada nota, la forma en que Miguel lo planea todo al detalle… todo funciona como un reloj. Pero lo que más me ha inquietado no es el asesinato en sí, sino su frialdad absoluta. No hay remordimiento, no hay duda. Simplemente cierra la taquilla y piensa en quién será el próximo.

    Es un relato que engaña, sorprende y deja una sensación de desasosiego que no se va rápido. Un thriller psicológico en miniatura que demuestra que no hace falta mucho espacio para construir una historia que golpee con fuerza.

    ¡Un abrazo, compañero!

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    1. Buenas, mi estimado Tarkion. Gracias por tus lecturas e impresiones. Siempre son geniales. En cuanto a la sugerencia, me ha gustado y he aprendido algo y eso es siempre bueno. Está bastante bien. Puede que lo considere para la versión impresa. Para esta versión del blog, voy a dejarlo así, porque ese es mi cebo para el lector jajaj. Y porque en verdad Miguel, es un psicópata. Y en ese primer momento del comienzo de semana, en verdad siente miedo y siente que van a matarlo. Pero al final, la personalidad más fría, toma el control. Ejecuta el crimen y de vuelta a empezar. El lunes, volverá, esa personalidad más vulnerable. Un saludo, Tarkion. Siempre un placer leerlo por aquí.

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