-El Descubrimiento-
Microrrelatos. Volumen II
Después de casi diez años luz de viaje, llegó al planeta de destino. Un planeta peculiar, que destacaba por su atmósfera similar a la de su planeta natal, lo que permitía hacer incursiones sin necesidad de equipo de exploración. La nave aterrizó suavemente en una especie de bosque, con árboles altos y frondosos cuyas hojas susurraban al viento.
El viajero descendió de la nave, sintiendo bajo sus pies el terreno fértil cubierto de una densa vegetación. Activó su escáner y comenzó a explorar la zona, tomando nota de cada peculiaridad del entorno. Anduvo durante dos horas, maravillado por la diversidad de la flora, hasta que sus sensores detectaron signos de vida. Con cautela, siguió la señal hasta llegar a la entrada de una cueva oscura y angosta.
Al adentrarse en la cueva, la luz de su linterna reveló figuras en las paredes, pinturas rudimentarias que describían escenas de caza y convivencia. Fue entonces cuando los vio, unas extrañas criaturas que habitaban en las profundidades de la caverna. Sus cuerpos eran variados en forma y tamaño, pero todos compartían rasgos similares: piel pálida, ojos grandes y expresivos, y extremidades delgadas y ágiles.
El viajero observó a las criaturas con fascinación. Se movían en silencio, comunicándose mediante gestos y sonidos suaves. Parecían vivir en armonía, colaborando en sus tareas diarias y cuidando unos de otros. Decidió catalogar esta nueva especie, asignándoles un nombre basado en su apariencia y comportamiento: Humanos.
Se sentó en una roca cercana, sacando su libreta de campo y comenzando a tomar notas detalladas. Cada observación era una pieza más en el rompecabezas de la vida en este planeta lejano. Los humanos, como los había llamado, mostraban una inteligencia notable, usando herramientas simples y organizándose en pequeñas comunidades.
A medida que pasaba el tiempo, el viajero se dio cuenta de que había mucho más que aprender sobre estos seres. Volvería a visitarlos. Más adelante, cuando su inteligencia se hubiera desarrollado. Su curiosidad se mezclaba con un profundo respeto por su forma de vida, y decidió que su misión no se limitaría a la mera observación y registro. Quería entenderlos, conocer sus historias y descubrir los secretos que guardaban, así como su desarrollo en el futuro.
Regresó a su nave al anochecer, con la mente llena de preguntas y el corazón palpitando de emoción. Sabía que su descubrimiento era solo el comienzo de una aventura extraordinaria, una oportunidad única para conectar con una especie que, de alguna manera, le recordaba a la suya propia. Mientras las estrellas brillaban en el cielo, el viajero se preparó para partir de regreso a su planeta. Debía convencer a los dirigentes del proyecto de expansión y búsqueda de recursos, de volver de nuevo aquí. Era un activo potencialmente valioso. No le costaría convencerlos. Se presentaría voluntario. Volvería.
¡Vaya, James! Me ha encantado este relato. Desde el primer párrafo logras una ambientación envolvente, y el giro de perspectiva, con la humanidad siendo observada como una especie primitiva, está muy bien llevado. Me gusta cómo el tono pasa de la fascinación científica a una sutil inquietud con esa última frase: "Era un activo potencialmente valioso". Da la sensación de que este explorador no solo quiere observar, sino que podría tener otros planes en el futuro.
ResponderEliminarEl relato maneja muy bien el suspense y juega con nuestra percepción como lectores. La inversión de roles —donde en lugar de ser nosotros quienes descubrimos a los extraterrestres, somos los observados— me ha recordado un poco a Sturgeon, con esa exploración distante pero cargada de curiosidad sobre lo humano. Además, el tono pausado, casi contemplativo del protagonista, contribuye a que el desenlace tenga aún más peso.
¡Un abrazo, compañero!
Buenas Tarkion. Un placer tenerte siempre por el blog y un placer leer tus impresiones de mis escritos. Siempre se aprende algo, siempre es interesante ver como es la percepción del trabajo desde el punto de vista de otra persona. Muchas gracias. Nos leemos. Un saludo.
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