El Libro Mágico

El Libro Mágico

"El Libro Mágico"



El Libro Mágico - Microrrelato original

Estaba a punto de terminar la lectura de su libro de cuentos. Estaba segura que aquel libro que le vendió la librera, era mágico. Era la tercera vez que cambiaba de forma. Cuando terminaba de leer, solo tenía que dejarlo al pie del árbol de su jardín y a la mañana siguiente cambiaba de forma y contenido. Esa noche lo terminó y lo dejó al pie del árbol. Se fue a dormir esperando el cambio mágico a la mañana siguiente. Sus padres le besaron su frente y se miraron con sonrisa cómplice.


El Libro Mágico  - Versión ampliada


Clara, siempre había tenido una imaginación desbordante. Desde pequeña, se sumergía en mundos de fantasía y aventura, y aquel libro mágico que le vendió la librera del pueblo, parecía ser el portal perfecto para sus sueños.

El libro no era como cualquier otro. Tenía una cubierta de terciopelo azul oscuro con bordes dorados que brillaban bajo la luz de la luna. Cada vez que Clara terminaba de leerlo, lo dejaba al pie del viejo roble en su jardín. Al amanecer, el libro cambiaba. No solo su contenido, sino también su forma. Una vez se convirtió en un grueso tomo de cuentos de hadas, otra vez en una delgada novela de aventuras marinas.

Esa noche, Clara terminó de leer la última página del libro, que en ese momento era una emocionante historia de piratas. Con una sonrisa de satisfacción, cerró el libro y lo dejó al pie del roble, como siempre. Luego, se metió en la cama, emocionada por la nueva forma que tomaría el libro a la mañana siguiente.

Sus padres, que siempre habían alentado su amor por la lectura, entraron a su habitación para desearle buenas noches. Le dieron un beso en la frente y se retiraron, intercambiando una sonrisa cómplice. Sabían del libro mágico y del ritual de Clara, pero nunca interrumpieron ni le contaron lo que realmente ocurría en esos cambios mágicos. Para ellos, era simplemente otra manifestación del espíritu libre y creativo de su hija. 

Mientras Clara dormía, soñaba con las posibles formas que podría tomar el libro. ¿Sería una colección de poemas de la luna? ¿O tal vez una guía ilustrada de criaturas míticas? Solo el amanecer lo diría. Y así, con sueños llenos de letras y palabras, Clara esperaba ansiosamente el nuevo día y la nueva historia que traería su libro mágico.

La ilusión es el remedio para la rutina. 


Comentarios

  1. Genial el relato con esa inocencia de la niña y el ansia por descubrir cosas nuevas al día siguiente.
    Saludos cordiales.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Mercedes. La inocencia y la infancia. Sin duda tesoros que vivimos y ahora cuidamos con nuestros familiares más pequeños. ¡¡Un saludo!! Gracias por tu lectura.

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