Viaje espacial

Viaje espacial
"Viaje espacial"


Viaje espacial - Microrrelato original

Una emergencia en la nave despertó a sus tres tripulantes del estado de criogenización. Se habían desviado de su ruta comercial. Los cálculos que anunciaba el ordenador principal no eran muy optimistas. Si no corregían de inmediato el rumbo, entrarían en el campo gravitacional de un agujero negro. Los tripulantes se esforzaban introduciendo órdenes en el ordenador, discutían, opinaban, trazaban planes, maniobras...

Una voz se escuchó fuera de la habitación: "Pedro, Ana, Antonio ¡¡A Merendar!!"


Viaje espacial - Versión ampliada


La nave “Last Frontier” había sufrido daños críticos, y su sistema de navegación estaba fallando. Los tres compañeros, conocidos por su ingenio y valentía, se apresuraban a reparar los circuitos dañados y a calcular una nueva ruta que los llevara a salvo a través del vasto y oscuro océano del espacio. Los mapas estelares se extendían ante ellos, llenos de rutas y coordenadas que podrían significar su salvación o su perdición.

Con cada ajuste y cada decisión, la esperanza crecía. Pedro ajustaba los diales con manos temblorosas, Ana analizaba los datos con una concentración feroz, y Antonio, con una mirada decidida, dirigía el esfuerzo conjunto hacia un futuro incierto pero esperanzador. La posibilidad de ser atrapados por la fuerza gravitacional de un agujero negro cercano era una amenaza que solo podían evitar con su ingenio y rapidez.

Finalmente, después de lo que parecieron horas de esfuerzo sobrehumano, un silencio expectante llenó la habitación. Los tres se miraron, esperando el veredicto de su arduo trabajo. Y entonces, la luz verde de la consola parpadeó, señal de que la nave estaba nuevamente en curso. Se abrazaron en una celebración efusiva, aliviados y exhaustos, pero triunfantes.

Fue en ese momento de júbilo cuando una voz los llamó desde la lejanía, una voz que resonaba con la promesa de galletas recién horneadas y chocolate caliente. “Pedro, Ana, Antonio ¡¡A Merendar!!” La realidad se abrió paso, y los tres héroes espaciales dejaron su nave de cartón, construida con cajas y cinta adhesiva, y su imaginación, que había sido su verdadero escudo y espada en esta aventura.







Comentarios

  1. Por cómo juegan, supongo que deben ser niños nacidos a finales del siglo pasado.

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    1. Efectivamente. Son niños del siglo pasado que dicho asi, parece que fue hace mucho y no lo es tanto. Y aunque parezca mentira, yo si conozco a niños que aún siguen jugando así. También con lo nuevo y las nuevas tecnologías, claro está. Pero los hay. Un saludo y gracias por tu lectura y comentario.

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