La semilla oscura

"Dark Seed"

 

La semilla oscura. 

Capítulo 1: Nueva residencia.

El libro que sostenía con ambas manos rezaba “Viaje al abismo, por Mike Donovan” Abrió la tapa y se dispuso a realizar la dedicatoria:

- Para mí estimada ¿Cuál es su nombre joven? Preguntó el escritor -Amanda- respondió la muchacha de dorados cabellos y ahora con mejillas enrojecidas por la circunstancia de que su ídolo literario le estuviera firmando el ejemplar de su última novela-. Para mi estimada Amanda, que las peores pesadillas queden en el abismo y tus sueños queden libres para volar.

-Muchas gracias Señor Donovan, me encanta su trabajo- dijo la muchacha recogiendo el ejemplar recién firmado.

-Espero entonces que disfrutes con el último de ellos. Último de momento- y le dedicó la mejor de sus sonrisas, de esas que ensayaba frente al espejo para repetir constantemente con cada nueva firma, con cada nueva venta. A fin de cuentas, sus lectores eran los que le daban de comer y le proporcionaban sus pequeños privilegios. Que menos que devolverles algo de sincero agradecimiento en forma de cordial sonrisa.

Estimada” pensó. Acababa de conocerla, era la primera vez que veía su rostro, tal vez eternamente repetido o al menos facciones conocidas, con cada nueva presentación de cada nuevo libro se repetía el mismo ritual en cada una de las ciudades donde la promoción lo requería. Al final el caudal de gente es como el caudal de un río. En apariencia siempre el mismo, pero siempre distinto. “Estimada” suponía que, bien pensado, no estaba carente del todo de sentido. Ya había visto ese rostro mil veces en otras mil ciudades. Al menos parecido. Como el agua del río.

Amanda era la última de la jornada de firmas tras la presentación. Mike Donovan presentaba su último trabajo, su última novela. La mente creativa no descansa y ya estaba inmerso en la siguiente. Al menos una idea, una breve estructura. No había que dar tregua a su ingenio, ya se conocían. Un pequeño descanso y tardaría meses en despertar a las musas.

 Cuando terminó de firmar cerró su pluma y se dirigió a su agente literario. –

- ¿Era la última verdad? ¿Cómo va el tema de mi acomodo? ¿Has encontrado lo que andaba buscando tal y como te pedí?

 -En efecto señor, tal y como me pidió. Un lugar espacioso, tranquilo y no muy lejos del centro de Londres, pero tampoco muy cerca, que tenga amplio jardín para pasear y que la casa sirva de inspiración para escribir su siguiente novela. No ha sido especialmente barato…

- Al referirse al dinero Mike intervino- Ganáis más que suficiente con mi trabajo gracias a mi porcentaje, no soy un escritor muy excéntrico, esta vez necesito un extra de inspiración indirecta, por tanto, vale la pena el desembolso. Mis novelas cada vez se venden más y mejor, ahorraros comentarme vuestros gastos, y yo no lo haré con los míos.

 – Disculpe señor, quería terminar diciendo que, pese a no ser especialmente barato y de nuevo discúlpeme, creo que va a ser de su agrado.

-Gracias Charles. ¿Cuándo puedo instalarme entonces? Confío plenamente en que será de mi agrado, no hace falta mi supervisión para estar de acuerdo. Me basta con saber que en la descripción del lugar se ha mencionado el precio - Terminó de decirlo con una sonrisa y tímida carcajada esta vez no ensayada, sino más espontánea.

-Mañana mismo, señor. Comentó Charles al tiempo que lo apuntaba en su agenda

Salió del centro comercial donde se había producido la firma de su libro y pidió un taxi para que lo llevara de vuelta al hotel de forma provisional. Una última noche en el hotel antes de alojarse por una larga temporada en la mansión que había encargado buscar. Su siguiente novela iba a ser de misterio, de criaturas del abismo, del fondo de los confines del cosmos.

Necesitaba un lugar intranquilo, que lo turbara, que lo removiera, lo inquietara por dentro en las noches, en esa soledad que solo brinda la noche, que lo hiciera saltar de la cama sobresaltado por su propia sugestión y tuviera que salir a tomar aire, ver la luna, las estrellas o los cielos nublados por las tormentas, tomar un trago, un cigarrillo y ponerse enfrente de su computadora a escribir, a entrenar su escritura con aquellas sensaciones hasta dar con el tono perfecto que diera salida al primer capítulo. Solo con pensarlo se le hacía un nudo de impaciencia en el estómago.

Lo que Donovan no sabía en ese momento, es que aquellos deseos de inquietudes que desequilibraran su psique no iban a ser producto del escenario escogido o de su propia sugestión. Pero eso nunca nadie lo sabe. De saberlo, no existirán las tragedias…


Continuará…


Por JM Brown

Comentarios

  1. Empieza muy bien. A ver cómo continúa. Un final que te deja pensativo. Saludos

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    1. Muchas gracias por pasarte por mi blog y por tu comentario. Si, jejeje, a ver como continuo esta historia. Tengo algunos apuntes de por donde quiero ir. A ver como se desarrolla. Un saludo!!

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