Reflejo. Versión extendida.

Reflejo

"Reflejo"


Nota del autor: Quiero empezar la nueva sección con una versión extendida de un microrrelato que ya publiqué hace muchos años en el blog. Le he dado una vuelta y lo he extendido un poco. Espero que os guste. El microrrelato original lo podéis ver pinchando en el siguiente enlace:

>>Reflejo<<

Ahora os dejo con la versión extendida. 



Reflejo

Se miró en el espejo, y allí estaba: Alice, reflejada en el cristal. ¿Había tenido la misma suerte? ¿Existía un mundo al otro lado, más allá de la superficie plateada? Las preguntas se agolpaban en su mente, como las olas que rompen en la orilla.

¿Tú o yo? ¿Quién era la ilusión? ¿Y si aquel reflejo no era solo eso, sino la visión consciente de un rostro en el abismo? “Háblame”, susurró, acercándose lentamente. Sus labios rozaron el cristal, y el reflejo pareció responder al beso.

“¿Quién te ha besado, tú o yo?”, murmuró Alice. Las dos estaban atrapadas en un juego de espejos, en un baile de identidades entrelazadas. No podían traspasar el umbral, pero siempre podían alejarse, perderse en la distancia entre los mundos paralelos.

El espejo guardaba secretos, y Alice se preguntó si algún día podría romper su superficie y cruzar al otro lado. Pero por ahora, se contentaba con los besos efímeros, con la promesa de un mundo más allá del reflejo.

Y así, en ese instante suspendido entre realidad e ilusión, Alice y su reflejo se fundieron en un abrazo silencioso, buscando respuestas en los ojos de cada una de ellas. ¿Quién era quién? ¿Y quién decidiría el destino de ambas?

Quizás, al final, no importaba. En ese rincón entre los mundos, Alice encontró la belleza en la dualidad, en la danza eterna entre el ser y el reflejo. Y mientras los labios se separaban, dejando un eco de deseo en el aire, supo que había algo más allá del cristal. Algo que esperaba, algo que la llamaba desde el otro lado.

¿Tú o yo? La respuesta se perdía en el infinito, pero Alice sonrió. Ambas eran reales, ambas eran ilusión. Y en ese juego de espejos, encontraron su propio misterio, su propia verdad.

¿Quién eres?, se preguntó Alice una vez más. Pero esta vez, no esperó respuesta. Simplemente se alejó, dejando atrás el reflejo y adentrándose en el mundo que aguardaba al otro lado del cristal.


JM Brown. 

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